Argentina - Historia
Los primeros pobladores del actual territorio argentino se remontan a 11.000
años a.C. (hallazgos en Piedra Museo, provincia de Santa Cruz). Entre los
pueblos indígenas, los cazadores y recolectores habitaban la Patagonia, la
Pampa y el Chaco; y los agricultores estaban instalados en el noroeste,
Cuyo, las Sierras de Córdoba y más tardíamente, en la Mesopotamia. Tastil,
en el norte, fue la ciudad precolombina más grande ubicada en el actual
territorio argentino, con una población de 3.000 habitantes.
En los siglos XIV y XV el Imperio Inca conquistó parte de la actuales
provincias de Jujuy, Salta, Catamarca, Tucumán (su extremo oeste), La Rioja,
San Juan, el noroeste de Mendoza y posiblemente el norte de Santiago del
Estero, incorporando sus territorios al Collasuyo que era la parte sur
del Tahuantinsuyo o regiones del Imperio Inca. Tradicionalmente se atribuye
la conquista al inca Túpac Yupanqui. Varios señoríos de la región, como los
omaguacas, los atacamas, los huarpes, los diaguitas y otros, intentaron
resistir pero los incas lograron dominarlos, trasladando a sus territorios a
los mitimaes o colonos deportados de las tribus de los chichas, que
habitaban en lo que es el suroeste del actual territorio boliviano. Otros,
como los sanavirones, los lule-toconoté y los comechingones resistieron
exitosamente la invasión incaica y se mantuvieron como señoríos
independientes. El fuerte de Sancti Spiritu fue el primer asentamiento
español, instalado en 1527 próximo a la actual ciudad de Santa Fe. Las
ciudades de Santiago del Estero (1553), Córdoba (1573) y Buenos Aires
(1536/1580) fueron las bases de la dominación colonial que se impuso en la
mitad norte del actual territorio argentino, sujeto a la autoridad de la
Corona Española (la Gobernación del Río de la Plata). A partir de la
progresiva mixogénesis y teniendo como una de sus bases económicas
fundamentales en la ganadería extensiva surge ya cláramente a partir del
siglo XVII una población que resultaría paradigmática y luego decisiva en la
gesta independentista: la de los gauchos.
El territorio durante la mayor parte del período colonial dependió del
Virreinato del Perú y en 1776, durante el reinado de Carlos III de España,
comenzó a formar parte del Virreinato del Río de la Plata.
En 1780 se produjo un gran levantamiento indígena con epicentro en el Cusco
dirigido por el inca Túpac Amaru II, que abarcó desde el actual territorio
argentino hasta el actual territorio colombiano. La mitad sur del actual
territorio argentino (Patagonia, excepto algunas zonas costeras y parte de
las pampas) permanecieron bajo control de diferentes pueblos originarios:
principalmente tehuelches y mapuches en la Patagonia y ranqueles en la
llanura pampeana hasta el último cuarto del siglo XIX. Asimismo, los
territorios de la región chaqueña, no fueron colonizados por los europeos
sino que permanecieron habitados por pueblos autóctonos como los tobas,
mocovíes, pilagás y wichís hasta principios del siglo XX.
Declaración de la Independencia de las Provincias Unidas en Sud América,
redactada en idioma castellano y en quechuaEn 1806 una expedición británica
ocupó la ciudad de Buenos Aires, hecho que se recuerda como la primera de
las Invasiones inglesas. Pasados 46 días, el francés Santiago de Liniers
reconquistó la ciudad al frente de una fuerza compuesta principalmente por
tropas provenientes de la Banda Oriental, a las que se sumaron milicias
populares. En 1807 una segunda expedición británica fue derrotada por tropas
del Regimiento fijo de Buenos Aires y batallones milicianos formados por
numerosos criollos tanto porteños como provenientes del Interior
(principalmente de Asunción del Paraguay y de Córdoba), indígenas y hasta
esclavos negros comandados nuevamente por Liniers. La voluntad popular
apresuró la destitución del virrey Rafael de Sobremonte para elegir como
virrey a Santiago de Liniers, convertido en héroe de la reconquista y la
defensa. Los principales líderes de estas milicias se convirtieron
rápidamente en una nueva elite de poder en la ciudad de Buenos Aires,
ingresando como miembros del Cabildo, hasta entonces formado exclusivamente
por españoles.
En 1810, el pueblo de Buenos Aires inició la Revolución de Mayo, que derrocó
y expulsó al Virrey Cisneros, eligiendo en su reemplazo una junta de
gobierno integrada mayoritariamente por criollos, que dio origen a la Guerra
de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata contra la
España colonial (1810-1824). El 9 de julio de 1816, en la ciudad de Tucumán,
un congreso de diputados de las provincias del noroeste y centro-oeste del
país y de la de Buenos Aires, junto con algunos diputados exiliados del Alto
Perú proclamó la independencia de las Provincias Unidas en Sud América,
utilizando la fórmula:
[...] recuperar los derechos de que fueron despojadas, e investirse del alto
carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus
sucesores y metrópoli,
Posteriormente al ser jurada el 21 de julio de 1816 se usó en la fórmula de
juramento:
[...] independencia del rey de España Fernando VII, sus sucesores y
metrópoli y toda otra dominación extranjera.
Las provincias del litoral argentino y la Banda Oriental (unidas en la Liga
de los Pueblos Libres bajo protectorado de José Gervasio Artigas), que
habían declarado la independencia de España en 1815 en Arroyo de China, el
Paraguay (ya independiente) y la mayor parte del Alto Perú (bajo ocupación
española), que integraron también el virreinato, no estuvieron
representadas.
Las primeras décadas como país independiente fueron tumultuosas. Las luchas
entre unitarios y federales condujeron a la Argentina a una larga serie de
sangrientas guerras civiles entre facciones y provincias (1820-1861) y a una
Guerra con el Imperio del Brasil (1825-1828). Respecto del territorio, en
1826 la provincia de Tarija fue incorporada a Bolivia y, como resultado de
la Convención Preliminar de Paz que intentaba poner fin a la guerra con el
Brasil, en 1828 la Banda Oriental fue declarada independiente adoptando el
nombre de República Oriental del Uruguay.
Entre 1830 y 1852 el país careció de un gobierno nacional, asumiendo las
provincias la plenitud del gobierno en el ámbito de sus respectivos
territorios, con la única excepción de la representación externa, que fue
asumida por el gobernador de la provincia de Buenos Aires, cargo desempeñado
durante la mayor parte del período por Juan Manuel de Rosas, de tendencia
federal. En ese período la Argentina mantuvo conflictos bélicos con la
Confederación Perú-Boliviana, con Francia, con el llamado Gobierno de la
Defensa de Montevideo (colorado) al apoyar la Confederación Argentina a los
nacionales uruguayos y con una alianza anglo-francesa.
El año 1852 Rosas fue derrotado en la batalla de Caseros por el Ejército
Grande, una alianza entre las provincias de Entre Ríos y Corrientes, las
tropas coloradas de Uruguay (facción opuesta a los nacionales de Uruguay,
quienes eran aliados de Rosas, con Manuel Oribe a la cabeza, en tanto los
colorados eran apoyados por Brasil). La alianza de entrerrianos,
correntinos, colorados y brasileños fue encabezada por el federal
antirosista Justo José de Urquiza, gobernador de Entre Ríos, quien asumió la
presidencia provisional hasta la sanción de una Constitución en al año 1853,
la cual adoptó un régimen federal, pero fue muy criticada por parte de la
provincia de Buenos Aires, la cual rechazó a la Constitución y se separó de
la Confederación Argentina, debido a lo cual ésta debió establecer su
capital en la ciudad de Paraná. En 1859, la Confederación derrotó a Buenos
Aires en la Batalla de Cepeda pero sin lograr la integración de Buenos
Aires. En la batalla de Pavón (1861), las provincias confederadas se
rindieron ante las tropas porteñas al mando de Bartolomé Mitre tras lo cual
se puso fin a la existencia de dos estados separados y Mitre asumió la
presidencia de la nación unificada.
En 1865 Argentina entró en guerra con el Paraguay (Guerra de la Triple
Alianza) al ocupar este país la ciudad de Corrientes, luego de que Mitre
negara el paso de tropas paraguayas por territorio argentino en dirección al
Brasil y al Uruguay. Como consecuencia de estas acciones se firmó el pacto
de la Triple Alianza entre Argentina, Brasil y Uruguay. Paraguay resultaría
derrotado al finalizar la guerra en 1870 muriendo casi toda su población
masculina. Para Argentina el final de la contienda territorialmente
significó la consolidación de los límites en el noreste, ya que se fijó la
frontera en los ríos Pilcomayo, Paraguay y Paraná y se aceptó someter a
arbitraje el área al norte del río Pilcomayo hasta el río Verde.
Entre 1878 y 1884, se produjo la llamada Conquista del Desierto, que
consistió en una guerra contra los mapuches y otros pueblos indígenas para
anexar al territorio argentino los territorios pampeanos y patagónicos donde
habitaban.
En la segunda mitad del siglo XIX se inicia un período de gran prosperidad
que se extenderá por más de un siglo. Con una fuerte inversión en educación
y en el establecimiento de medios de producción orientados a la producción
de carne y granos con destino al mercado europeo, la economía alcanzó altos
niveles de crecimiento que atrajeron una gran corriente inmigratoria. La
población argentina, que representaba el 0,12% de la población mundial en
1869 pasaría a representar el 0,57% de la humanidad en 1930. El país fue
conocido en esa época como el granero del mundo.
La prosperidad de la economía impulsó el crecimiento de la clase media, la
creación de partidos políticos modernos como la Unión Cívica Radical (UCR) y
el Partido Socialista (PS), y un amplio desarrollo de los sindicatos, no
exenta de conflictos sociales y graves actos de represión. Se produjeron
grandes reformas políticas, como la Ley Sáenz Peña con su sufragio secreto,
universal y obligatorio para varones en 1912 y la reforma universitaria en
1918. Entre los presidentes más influyentes del período pueden citarse a
Domingo Faustino Sarmiento (1868-1874), Julio Argentino Roca (1880-1886 y
1898-1904) e Hipólito Yrigoyen (1916-1922 y 1928-1930), este último el
primero por la Unión Cívica Radical.
El 6 de septiembre de 1930 se produjo el primero de una serie de golpes de
Estado que llevó al poder a los militares para establecer un gobierno de
facto. A partir de esa década el país impulsó un proceso de sustitución de
importaciones que desarrolló un amplio sector industrial. En 1946 fue
elegido presidente Juan Domingo Perón, quien con su carismática esposa, Eva
Perón, encabezaron un movimiento político, el peronismo o justicialismo, que
puso el acento en la justicia social, estableció el sufragio femenino en
1947 al reconocer los derechos políticos de las mujeres y contó con una
amplia adhesión de la población a partir de entonces. En 1955 Perón fue
derrocado por un nuevo golpe militar, que tomó el nombre de Revolución
Libertadora y proscribió al peronismo.
En 1958 fue elegido presidente el Doctor Arturo Frondizi (UCRI), siendo
derrocado por un golpe militar en 1962. En 1964 fue elegido presidente el
Doctor Arturo Umberto Illia (UCRP), quien también sería derrocado por un
golpe militar en 1966. Este nuevo golpe estableció un régimen dictatorial de
tipo permanente conocido como Revolución Argentina (1966-1973). Estos años
se caracterizaron por una creciente violencia política.
En 1973 el peronismo fue nuevamente legalizado y triunfó en las elecciones
presidenciales. Luego de la renuncia de Héctor José Cámpora, Juan Domingo
Perón asumió la presidencia por tercera vez, pero moriría menos de un año
después. Lo sucedió su vicepresidenta y tercera esposa, María Estela
Martínez de Perón, cuyo gobierno se caracterizó por un acelerado deterioro
de la situación interna, producto de la crisis del petróleo de 1973 y la
generalizada violencia política.
El 24 de marzo de 1976 se produjo un nuevo golpe militar autodenominado
Proceso de Reorganización Nacional, durante el cual se desarrolló un proceso
sistemático de desaparición y tortura de personas —la llamada guerra sucia—,
producto del cual se estima hubo unos 30.000 desaparecidos. Durante este
período se organizó por primera vez en el país la Copa Mundial de Fútbol de
1978, en la que el equipo argentino resultó campeón. Ese año se produjo una
grave crisis con Chile por los límites en la zona del Canal de Beagle
(Conflicto del Beagle), que llevó a ambos países al borde de la guerra. En
el año 1982, se produjo la Guerra de las Malvinas contra el Reino Unido,
cuya derrota llevó a la caída del régimen y el llamado a elecciones
generales.
La democracia fue restaurada el 10 de diciembre de 1983. El nuevo presidente
Raúl Alfonsín (de la UCR) tomó medidas para investigar los crímenes de lesa
humanidad ocurridos en la dictadura, estableció el control civil de las
Fuerzas Armadas y consolidó las instituciones democráticas. En el juicio a
las Juntas los miembros de las tres primeras juntas militares fueron
procesados y algunos fueron condenados. Luego de las elecciones
presidenciales de 1989 y afectada la gobernabilidad del país por un proceso
hiperinflacionario Alfonsín se vio obligado a renunciar para hacer la
entrega anticipada del mando.
El presidente Carlos Menem (PJ) sancionó la Ley de Convertibilidad del
Austral en 1991 que detuvo la inflación y adoptó una política económica
neoliberal, apoyada en una ola de privatizaciones, reducción de aranceles a
los productos importados y desregulación de los mercados. Estas medidas
contribuyeron a aumentar significativamente la inversión, las exportaciones
y el crecimiento con precios estables, pero también abrieron un proceso de
desindustrialización, hicieron a la economía más vulnerable a las crisis
internacionales, y aumentaron el desempleo, la pobreza y la precariedad
laboral.
La crisis financiera asiática de 1997 y la brasileña de 1998, precipitaron
la salida de capitales abriendo camino a la mayor recesión de la historia
argentina, que duraría cuatro años.En esas circunstancias, en diciembre
de 1999, asumió el presidente Fernando de la Rúa (UCR). En 2001, ante la
fuga masiva de capitales, el gobierno dispuso la congelación de los
depósitos bancarios —el corralito—, que culminó en una crisis social
generalizada que llevó a la renuncia del presidente el 20 de diciembre de
2001.
En dos semanas se sucedieron varios presidentes que culminaron el 2 de enero
de 2002 con la elección por parte de la Asamblea Legislativa de Eduardo
Duhalde (PJ) como presidente provisional. La deuda externa argentina entró
en suspensión de pagos y el nuevo gobierno devaluó el peso dando fin a la
Ley de convertibilidad.
Por medio de una fuerte devaluación de la moneda local, el país comenzó a
poner en práctica una nueva política de industrialización por sustitución de
importaciones, aumento de exportaciones y superávit fiscal. Hacia fines de
2002 la economía empezó a estabilizarse.
En el 2003 fue elegido presidente Néstor Kirchner (PJ) con mandato hasta
2007. Durante su presidencia se nacionalizaron algunas empresas privatizadas
y se registró un aumento considerable del PBI con una disminución del
desempleo, basada en parte en la creación de puestos de trabajo genuinos
arrastrados por la reactivación del sector agropecuario, el complejo
agroindustrial y los sectores industrial y de la construcción, y reduciendo
progresivamente los subsidios y planes sociales creados en 2002.