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Argentina -
Economía
La economía argentina posterior a 1930 experimentó marcadas oscilaciones,
pero es a partir de 1975 que se registra una clara decadencia,
relacionada con las políticas neoliberales impuestas por la dictadura
militar que abrieron un sostenido proceso de desindustrialización y un
aumento exponencial de la deuda externa, que se elevó de 7.875 millones de
dólares al finalizar 1975, a 45.087 millones de dólares en 1983.
Durante la década de 1980, considerada como la década perdida para América
Latina, la Argentina creció a tasas magras. Sin embargo en 1983, el
país seguía sosteniendo indicadores aceptables ya que la tasa de desempleo
apenas rozaba el 4 por ciento de la población económicamente activa, menos
del 10 por ciento de la sociedad estaba bajo la línea de la pobreza y no
existían indigentes.
Las altas tasas de inflación que caracterizaron a la economía argentina
desde la Segunda Guerra Mundial hicieron eclosión con los procesos
hiperinflacionarios de 1989 y 1990, durante los cuales la pobreza se elevó
momentáneamente hasta un inédito nivel del 47,3% de la población del
aglomerado Gran Buenos Aires.
En los años 1990 se realizaron profundas y drásticas reformas económicas con
el fin esencial de reformar el Estado, privatizar las empresas y servicios
públicos y abrir la economía. El eje de la reforma económica fue la Ley de
Convertibilidad sancionada en 1991 congelando el valor de un peso en un
dólar. El plan, que tenía como objetivo inmediato detener la inflación, fue
exitoso durante varios años.
En 1995, la economía local se vio afectada negativamente por el llamado
Efecto Tequila, que provocó un aumento inédito de la desocupación a nivel
nacional hasta un 18,4%. También se revirtió la tendencia descendente del
índice de pobreza, que en el aglomerado del Gran Buenos Aires (el más
importante del país), entre 1990 y 1994 había llegado a un mínimo del 16,1%
[14]. A excepción de 1995, en la década del 90' la economía creció
fuertemente hasta mediados de 1998.
A fines de este año,
comenzó un prolongado ciclo de recesión, debido en parte el agotamiento de
la paridad del peso y el dólar, que tuvo su punto culminante en diciembre de
2001, luego de una corrida bancaria que desestabilizó al sistema financiero.
El gobierno intentó controlar la situación decretando una restricción a la
extracción del dinero depositado en los bancos, medida conocida como el
corralito. Esta situación de inestabilidad económica desembocó en una
insurrección popular que causó la renuncia del presidente Fernando de la
Rúa.
En 2002, se practicó una importante devaluación de la moneda luego del
default de la deuda externa (pública y privada) que superó el monto del
producto bruto interno de ese año. Además a nivel nacional, la pobreza
alcanzó al 57,5% de la población, la indigencia al 27,5% y la desocupación
al 21,5%, todos niveles récord para el país.
A mediados de 2002 se comienzan a vislumbrar signos de reactivación
económica y desde 2003 a 2005, el país registró una fase de crecimiento
económico con tasas que oscilaron en torno al 9% (8,8% en 2003, 9% en 2004 y
9,2% en 2005), en parte debido a una política económica de dólar alto
destinada a favorecer la sustitución de importaciones, que ha incrementado
la competitividad de la industria argentina. En 2006 la economía se expandió
al 8,5%, acumulándose cuatro años de crecimiento sostenido. Según datos
oficiales del Banco Central de la República Argentina y el INDEC, en 2006 el
producto bruto interno en valor nominal fue de 654.413 millones de pesos a
precios corrientes equivalente a 212.857 millones de dólares, con un PBI per
cápita nominal de 5.462 dólares.
En la actualidad, la Argentina es la tercera potencia en materia económica
de América Latina, superada por Brasil y México. Si al PBI se lo considerara
en paridad de poder adquisitivo (según el FMI) en 2006 alcanzó los 621.070
millones de dólares, acortándose las distancias respecto al PBI de Brasil o
de México. El PBI per cápita medido en paridad de poder adquisitivo de USD
15.937, es el más alto de la región.
Las exportaciones totalizaron en 2006 los 46.569 millones de dólares y las
importaciones llegaron a 34.159 millones de dólares. El incremento de las
exportaciones fue del 15,4% y el de las importaciones el 19,1% respecto a
las cifras de 2005.
La inflación alcanzada en 2006 fue del 9,8%, 2,5 puntos menos que la de 2005
que llegó a un 12,3%, cumpliéndose así la meta del gobierno de Néstor
Kirchner de llevar a un dígito este índice, donde ha jugado un papel
importante el congelamiento de los precios de los servicios públicos más una
política oficial de acuerdo de precios de algunos productos.
En 2005, luego de una larga renegociación de la deuda externa, el país
volvió a cumplir con sus compromisos externos. La deuda total (pública y
privada) fue de 109.621 millones de dólares, representando el 51,5% del PBI
nominal en 2006, según datos del INDEC y el B.C.R.A..
A su vez, el crecimiento económico hizo mejorar notablemente los índices
sociales desde el período de crisis. Así, los últimos indicadores a nivel
nacional mostraron que la tasa de pobreza en el segundo semestre de 2006
representó al 26,9% de la población y la de indigencia al 8,7%. El desempleo
en el primer trimestre de 2007 se halló en un 9,8%, incluyéndose a
beneficiarios de planes sociales como “empleados”. El índice se eleva al
11,1%, excluyendo a beneficiarios de planes sociales como “empleados”. El
subempleo, en tanto, se situó en un 9,3%.
La Argentina forma parte del bloque regional conocido como Mercosur. Las
relaciones entre este país y Brasil (los socios más grandes) se encuentran
inmersas en una moderada crisis por razones económicas y políticas. Luego de
años de superávit comercial en favor de la Argentina, la balanza comercial
entre ambos países ha vuelto a inclinarse hacia Brasil, un déficit que pone
a varios sectores económicos bajo amenaza. En 2006 los gobiernos de
Argentina y Brasil firmaron una serie de acuerdos bilaterales, entre los que
se encuentra la cláusula de adaptación competitiva y los acuerdos referidos
a los intercambios comerciales del sector de los automotores. El propósito
de ambos acuerdos es reducir las asimetrías presentes en el bloque.
Sector agrícola y ganadero
La producción de alimentos agropecuarios es, tradicionalmente, uno de los
puntales de la economía argentina. La soja es el primer producto de
exportación argentino alcanzando del 24% del total. Le siguen en importancia
el maíz y el trigo, entre los cereales, que representan el 8% de las
exportaciones totales, y los productos bovinos con un 7% y una calidad
reconocida internacionalmente.
Adicionalmente resulta de cierta importancia la producción de frutas y
hortalizas, que contribuye con un 3% de las exportaciones y tiene
importantes centros de producción en los valles patagónicos dedicados a la
manzana y la pera, en la región noroeste productora de azúcar, cítricos y
tabaco, en esta región está comenzando a destacarse la ganadería, sector que
fue desplazado de la pampa húmeda por la imposición de la soja y otros
comoditis, en la Mesopotamia productora también de cítricos y en Cuyo, donde
a su vez se destaca una considerable producción agroindustrial del olivo, la
uva y sobre todo de vino siendo el primer productor de vinos de América
Latina y el quinto productor del mundo con 16 millones de hectolitros por
año.
Petróleo, minería, bosques y pesca
El segundo producto de exportación argentino es el petróleo, el gas natural
y los productos petroquímicos, responsables de un 20% del total. Los
principales yacimientos se encuentran en la Patagonia, Cuyo y el Noroeste;
la provincia del Neuquén concentra cerca de la mitad de toda la producción
de hidrocarburos. Una red de oleoductos y gasoductos transporta los
productos a Bahía Blanca, donde se encuentra el principal polo petroquímico
y a la conurbación industrial que se extiende entre Rosario y La Plata y que
tiene como núcleo principal el Gran Buenos Aires.
Históricamente la minería argentina ha sido escasa, pero la misma se ha
activado en la última década, fundamentalmente sobre minerales metalíferos:
oro, plata, zinc, manganeso, uranio, cobre, y azufre. Los recursos mineros
se concentran en las provincias cordilleranas a lo largo de 4.500 km. Las
exportaciones argentinas de minerales pasaron de 200 millones de dólares en
1996 a 1.200 millones en 2004, algo más del 3% del total.
El Mar Argentino está ubicado sobre una extensa plataforma submarina, muy
rica en recursos pesqueros, que alcanza un ancho de 550 km a los 52º de
latitud Sur y 1.890.000 km². Sin embargo la pesca ha sido una producción
marginal, y debido a la crisis poblacional de la merluza, provocada por la
excesiva pesca durante los 1990, principal producto pesquero argentino, la
participación del sector en las exportaciones totales se ha reducido de un
3% a un 2%.
En sentido contrario, la producción forestal y maderera, principalmente
pinos y eucaliptos, se ha venido expandiendo, con centro en las provincias
mesopotámicas, superando el 2% del total exportado.
Industria manufacturera y construcción
La industria manufacturera argentina es el sector que más valor aporta al
PIB, con un 23% del total (2005). El sector industrial manufacturero también
es uno de los sectores principales de generación de empleo (junto con el
comercio y el sector público), con 12% según el Censo de 2001, aunque es
probable que actualmente ese porcentaje haya aumentado y la industria sea el
mayor generador de empleo directo del país. Por su parte la industria de la
construcción aporta el 5% del PIB (2005) y ha sido la principal impulsora de
la recuperación del empleo después de 2002.
A partir de 2003 la industria ha tenido un proceso de revitalización
competitiva, movido principalmente por la política económica de dólar alto.
Aunque la actividad industrial está mayormente orientada a sustituir
importaciones, la industria de los automotores aporta el 7% de las
exportaciones, mientras que el sector siderúrgico aporta el 3% del total.
Otros sectores industriales importantes son el textil y calzado,
alimentario, químico, papelero, maderero y cementero. En el caso particular
del sector industrial alimentario, en los últimos años se han desarrollado,
en muchas provincias, economías de tipo agroindustrial, mediante la creación
de industrias de procesado y envasado, sobre todo de productos frutícolas,
hortícolas, lácteos, vitivinícolas y cárnicos.
El Gran Buenos Aires es aún el área industrial más importante del país,
donde se concentra la mayor parte de la actividad fabril de la Argentina.
Otros centros industriales importantes existen en Córdoba, Rosario, Tucumán
y Mendoza, San Luis y Tierra del Fuego, muchos de ellos fomentados para
descentralizar la industria.
Históricamente el país tuvo importantes sectores industriales como la
industria naval relacionada con la Flota Mercante de Argentina, que se
redujeron considerablemente a partir de la década de 1990 a raíz del proceso
de privatizaciones y que en la actualidad se están recuperando.
Turismo
El extenso territorio de la República Argentina está dotado de grandes
atractivos turísticos. La famosa industria sin chimeneas volvió a funcionar
en la Argentina, en parte debido a que el nuevo equilibrio monetario tras la
devaluación de 2002 favoreció el arribo de un aluvión de turistas
extranjeros, haciendo al país más accesible que en la década de 1990. Al
encarecerse los costos para viajar al exterior, muchos argentinos también se
volcaron al turismo nacional. El repunte del sector es muy notorio: los
ingresos por turismo receptivo ocupan el tercer lugar en el ranking de
entrada de divisas por exportaciones. En 2004, el sector representó el 7,2 %
del PBI. Los extranjeros ven a la Argentina —pese a la crisis de 2001— como
una zona sin conflictos armados, terrorismo o crisis sanitarias. Según
cifras oficiales [34], en 2005 el país recibió a más de 3.700.000 turistas
extranjeros. Esto significó unos 3.100 millones de dólares de ingreso de
divisas. Para 2006, se estima que éstas alcancen los 3.500 millones de
dólares y visiten el país unos 4.200.000 extranjeros. La Argentina es el
segundo país más visitado de Sudamérica (detrás de Brasil) y el quinto más
visitado del continente americano. Los turistas foráneos provienen
principalmente de Brasil, Chile, Perú, Colombia, México, Bolivia, Ecuador,
Uruguay, Venezuela y Paraguay y los europeos de España, Italia, Francia,
Alemania, Inglaterra y Suiza.
Buenos Aires se destaca como el centro favorito de los turistas extranjeros.
Son atraídos por una ciudad vertiginosa, populosa, cosmopolita y con amplia
infraestructura. Entre otros muchos factores, el tango es uno de los motivos
para la visita[36] no sólo a la capital argentina, sino también al resto del
país. La característica noche porteña sorprende al recién llegado por la
gran cantidad de oferta cultural, gastronómica y de entretenimiento. También
se hacen recorridos temáticos con personajes típicos de la ciudad y
reconocidos internacionalmente como Carlos Gardel, Eva Perón o Jorge Luis
Borges.
Las Cataratas del Iguazú están ubicadas en la provincia de Misiones. En 1984
fueron declaradas Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO. La
impresionante belleza paisajística de la escenografía, así como la variada y
abundante vida animal y el interés botánico que encierran, han convertido a
este paraje en uno de los centros turísticos más importantes y bellos del
mundo.
El Tren de las Nubes es uno de los tres ferrocarriles más altos del mundo.
Parte desde la provincia de Salta, cruza una quebrada pasando por Santa Rosa
de Tastil —considerada como uno de los principales centros urbanos
prehispánicos de Sudamérica— donde se hallan impresionantes ruinas
arqueológicas. Colgado de vertiginosas montañas, marcha entre nubes para
cruzar la Cordillera de los Andes. Atraviesa puentes, zigzags y rulos.
Los glaciares son una de las principales atracciones de la Patagonia
Argentina. El más conocido es el Glaciar Perito Moreno, cuya accesibilidad y
característica ruptura periódica le otorgan un singular atractivo. Se
expande sobre las aguas del Brazo Sur del Lago Argentino, con un frente de 5
kilómetros y una altura por sobre el nivel del lago, de entre los 70 y 60
metros. Esta majestuosa pared de hielo cubre una extensión de 230 kilómetros
cuadrados. El área de hielos continentales y glaciares es un tesoro natural,
declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1981.
Otras zonas turísticas de importancia son: Mar del Plata y el resto de la
costa atlántica de la provincia de Buenos Aires (sobre todo para los
turistas argentinos en la época estival); las Sierras de Córdoba y
Bariloche.
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